Calendario de entregas
- Día 11. Carlos Cano, economista y profesor de la UAL.
- Día 13. Jerónimo de Burgos, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
- Día 15. David Uclés, economista de Cajamar.
- Día 18. Emilio Galdeano, catedrático de Economía Aplicada.
- Día 20. Francisco Giménez, economista.
- Día 22. Ana Moreno, decana del Colegio de Economistas de Almería.
- Día 25. Juan Carlos Pérez Mesa, profesor de Organización de Empresas de la UAL.
- Día 27. Andrés Sánchez Picón, catedrático de Historia e Instituciones Económicas.
La tercera entrega de esta serie exclusiva para Foco Sur y Almería Información la protagoniza David Uclés, economista de Cajamar. Todas las entrevistas se irán enlazando en el calendario según se vayan publicando.
David Uclés: "La prioridad es que familias y empresas superen en las mejores condiciones posibles el tiempo de confinamiento y que, una vez acabado, pueda recuperarse la actividad cuanto antes"
¿Qué valoración hace de las medidas adoptadas para atenuar el impacto económico sobre empresas y ciudadanos del estado de alarma por el coronavirus?
Partiendo de la base de que la inmensa mayoría de los humanos vivos no tenemos ni idea de cómo tratar con una pandemia de estas características, y que eso nos conduce a un entorno de reajuste constante de las decisiones, me parece que las líneas generales son las correctas. El shock ha venido de fuera de la economía, no hay una situación de sobreendeudamiento ni burbujas en sectores significativos y el sector financiero es parte de la solución y no del problema. Cuando esto pase nos podremos dedicar a evaluar la oportunidad de algunas medias, o de la falta de las mismas; ahora la prioridad es parar la pandemia. Y cuando pase, como país y como sociedad, tenemos la obligación de analizar qué ha pasado, cómo se ha hecho y qué hay que tener en cuenta para que si vuelve a pasar, minimicemos errores. Y ese análisis deberían hacerlo expertos en las materias involucradas, no políticos, porque el objetivo no debe ser cuantificar quién lo ha hecho peor, sino prepararnos mejor para lo que pueda venir en el futuro.
Respecto a las medidas económicas, la prioridad es que familias y empresas superen en las mejores condiciones posibles el tiempo de confinamiento y que, una vez acabado, pueda recuperarse la actividad cuanto antes. Esto pasa por facilitar liquidez para financiar los días de cierre a las segundas y por proteger en la medida de lo posible los ingresos de las primeras. En líneas generales, en esa dirección han ido las medidas, aunque es cierto que la cascada de correcciones de los anuncios oficiales generan una sensación de inseguridad que tal vez podría haberse evitado (sin dejar de reconocer, insisto, lo complicado que es gestionar una situación como esta). No hay que olvidar que la española es una economía de micro y pequeñas empresas, con un tejido muy grande de autónomos, que son los que probablemente más sientan el hachazo en los ingresos derivado del confinamiento.
¿Qué nos encontraremos 'el día después', en cuanto a cifras de paro, ERTE, cierres definitivos de empresas, etc?
No hay que esperar a ese día. Ya hemos visto en los datos de paro registrado y afiliaciones del mes de marzo el panorama que tendremos. Que no se nos olvide que hemos parado casi en seco toda la maquinaria económica y que no podremos ponerla en marcha de golpe. Primero, porque el fin del confinamiento será progresivo y segundo, porque será necesario que la citada maquinaria vaya cogiendo inercia.
¿Qué medidas sería importante que se tomasen para el caso concreto de la provincia de Almería?
No creo que haya ninguna medida específica que haya que tomar a nivel local. Ahora bien, teniendo en cuenta nuestra estructura productiva y social, todas las medidas encaminadas a proteger a las pymes y a las familias en situación de fragilidad tendrán un impacto positivo en nuestra tierra.
¿En qué medida se puede beneficiar Almería de su fuerte sector primario para afrontar una posible crisis económica posterior al estado de alarma?
Nuestra dependencia de la actividad agraria tiene algunas consecuencias positivas para la economía provincial. Para empezar, es un sector que está integrado en las actividades esenciales, y con él todas las empresas proveedoras del mismo. Por tanto, a la hora de volver a coger inercia, la economía almeriense tendrá algo más de ventaja que otras que dependan más de la industria o de los servicios, ya que el sector no ha parado. No obstante, la agricultura estaba sumida en su propia crisis en los días previos a la emergencia sanitaria. De fondo hay una serie de factores que dificultan que los precios en origen de sus productos permitan a todas las empresas agrícolas cubrir costes. Entre otras cosas, la propia estructura del mercado lo dificulta.
Esperemos, por el bien de toda la sociedad almeriense, que el sector sea capaz una vez más de reorganizarse, impulsar su crecimiento (como ya hizo en la crisis anterior) y que nos provea del oxígeno suficiente como para resistir hasta que el turismo y el resto de los sectores se vayan recuperando.